Rafael Lozano-Hemmer

Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967) es, hoy por hoy, el principal exponente mexicano del arte electrónico. Con veintitrés años de trayectoria, desarrolla instalaciones interactivas en la intersección entre la arquitectura y la performance. Su principal interés es crear plataformas para la participación pública, mediante la perversión de tecnologías como la robótica, la vigilancia computarizada o las redes telemáticas. Inspirado por la fantasmagoría, el carnaval y la animatrónica, sus trabajos de luz y sombra son “antimonumentos de agenciación alienígena”. Lozano-Hemmer es licenciado en Química Física por la Universidad de Montreal (Canadá), ciudad en la que vive y trabaja.

Sus instalaciones interactivas a gran escala han sido comisionadas para eventos como la exposición previa a la inauguración del Guggenheim en Abu Dhabi (2015), las Olimpiadas de Invierno en Vancouver (2010), el memorial de la Matanza de Estudiantes de Tlatelolco en Ciudad de México (2008), la Expansión de la Unión Europea en Dublín (2004), la inauguración del YCAM Center en Japón (2003), la Cumbre Mundial de las Ciudades de la ONU en Lyon (2003), Róterdam Capital Cultural Europea (2001) y las Celebraciones del Milenio en Ciudad de México (1999).

Obra: Conjunto Redundante

“Conjunto Redundante” es una instalación interactiva que utiliza técnicas de reconocimiento facial para detectar y grabar las caras de los visitantes en el atrio del Convento de San Esteban. Las grabaciones se proyectan sobre la fachada del edificio de tal forma que los rostros de las personas presentes en vivo se solapan exactamente con los de participantes anteriores, creando un retrato híbrido que está en constante fluctuación entre una persona y otra, pasado y presente. Cuando el ordenador no detecta a nadie, automáticamente se muestra el historial de rostros capturados en el pasado.

La pieza forma parte de la trayectoria de obras biométricas de Lozano-Hemmer, mismas que detectan y miden al público y lo convierten en parte integral de la obra de arte. El reconocimiento facial es una técnica en auge por su utilización en la búsqueda policial y militar de personas sospechosas o “de interés”. Sin embargo en esta pieza la misma tecnología se usa para crear híbridos que precisamente esconden la identidad del ciudadano. San Esteban se convertirá así en una plataforma de auto-representación pública que al mismo tiempo confunde identificaciones, y mezcla memorias del pasado con imágenes en vivo.